martes, 10 de enero de 2017

Omaras 001_10/01/2017



10/01/2017


Existe un concierto y el hombre es conocedor de él, aunque no en su conciencia, si en un plano profundo conoce ese concierto, ese pacto es entre el hombre y otros niveles de su ser, así por mediación de ello se puede acceder a un conocimiento y a una expresión elevada porque ese conocimiento te puede elevar para que puedas entrar en la verdadera sintonía de tu ser.  Cuando apenas se puede distinguir entre un color u otro, cuando el humano pierde el control y no puede encauzarse en su camino porque se haya perdido, entonces acuden unas fuerzas que aún siendo desconocidas y en ese momento ignoradas, su íntimo las conoce y las aclama. Acude un rescate en pos de su voz, de su grito, y así el hombre puede superar ese momento de su paso por perdido que se halle. Ahora bien, si esa voz es tan apagada que no puede llamar y preso de su momento le envuelve la desesperanza, ese convenio acude y llama y golpea fuerte para ser escuchado, atendido, pero nada puede hacer ante tal resistencia. Los señores que formaron ese convenio marchan, porque ante tanta obcecación no deben insistir mas, y así el hombre sin atender ese auxilio sucumbe cada vez mas profundo en un mar que lo engulle y le provoca tanto deseq      uilibrio que no puede levantar la vista para ver mas allá de ese momento.
En todo caminar existen esos momentos. Hombre de la tierra, tu capacidad de discernir se apoya en ese convenio, con esa ayuda puedes subir en vez de hundirte. Tú puedes remontar o hundirte en la depresión o salir como victorioso porque sabes llamar y escuchar. La voz que clama en el desierto, el desierto de la desolación de los hombres perdidos y engullidos por sus propias mareas hacen de éste una triste figura y un atardecer sin luz. Para tu propio desarrollo has de ser capaz de llamar, entrar en ese convenio y poner tu trabajo a disposición del conocimiento, y así la elevación se produce. Esos momentos son esenciales para desarrollar la voluntad y entrar en el conocimiento de tu vida. 

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