viernes, 17 de octubre de 2008

Isomer 003

¿QUIERES ESCUCHARME?


Cuando te pido que me escuches y empiezas a darme consejos
no haces lo que necesito.
Cuando te hablo de cómo me siento
y tu me dices que debería sentirme de otro modo,
me hieres mis sentimientos.
Cuando te hablo de mis problemas
y tu te empeñas en resolvérmelos,
me decepcionas, aunque te parezca extraño.

¡ESCUCHA!. Yo te pido que me escuches,
quiero sentirte a mi lado,
no te pido que me hables o que resuelvas mis cosas,
quiero solo que me oigas atentamente.

Cuando haces por mi algo que puedo y debo hacer yo solo,
refuerzas mis temores y mi sensación de ineptitud.
Pero cuando aceptas mi derecho a sentir lo que siento,
y a pensar lo que pienso
por muy irracional que te parezca,
eso me hace sentirme bien conmigo y contigo
y entonces soy incluso mas sensible a tus sugerencias.

En efecto, cuanto escuchas mis sentimientos,
me ayudas a descubrir que se oculta detrás de ellos.
Y cuando esto me queda claro,
las respuestas resultan obvias y no necesito consejos.

Pienso, que tal vez,
esa es la razón por la que a algunas personas
les sirve la oración:
Dios es silencioso y no da consejos ni intenta convencer a nadie,
Dios solo escucha
y así facilita que cada uno descubra sus propias soluciones.

Así es que, por favor: escúchame sin mas.
Cuando tu desees hablar, espera a que yo termine
y, entonces, yo te escucharé agradecido.




Del curso “PADRES Y EDUCADORES HOY”.
Impartido por el Teléfono de la Esperanza.

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