03/03/11
Una recompensa recibirá quien limpiando su corazón sea capaz de integrarse en una nueva vibración y desechando de si toda inarmonía cambie su situación, eleve su ser y haciéndose eco de su mas noble sentimiento se declare y muestre que es hijo de la luz. Ningún ser nacido en la Tierra deberá carecer de este impulso que le guía hacia el estado perfecto para poder alcanzar la dicha y el gozo que le da el ser, estar preparado para lo venidero y pueda entrar en él y florecer como es debido para reconfortarse en la luz y quedar en ella para habitar en otra morada que debe entrar en la sintonía ya con las notas que le llevan a ese momento tan ansiado por unos y temido por otros.
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