06/09/2019
El
perdón es una bendición que te llega cuando ya estás preparado. Un corazón
espera que ese rayo entre en ti y despierte la compasión y el amor.
Cuando
esa necesidad prevalece ante cualquier sentimiento se abre tu mente y te
alcanza esa energía que te mantiene despierto para que seas capaz de ver en ti
el auténtico perdón y la necesidad del amor que le sigue cuando perdonas. El
perdón comienza por el amor incondicional hacia uno mismo. Sientes en tu más
profundo esa comprensión que te invita al perdón, pues sin comprensión no hay
perdón. Te perdonas, te amas incondicional y de ahí partes hacia la vida. La
vida empieza en ti y se extiende como buena energía que transmuta y crece lo
que toca, de ahí surge el amor incondicional.
Sin
perdón no existe el amor.
Ámate
a ti mismo, reconoce en ti tus voluntades, tus fracasos, tus avances, tus
limitaciones, tus deseos, tus manifestaciones y una vez hechos, abre la puerta
del perdón, se abrirá y ahí entrará el rayo del perdón y saldrá todo rencor o
pesadilla que puedas albergar en tu interior, luego verás como la puerta
permanece abierta para que puedas renovarte cada día en esa energía sanadora
que te fortalece y te hace ser valiente y cada vez mas fuerte.
Ámate
y amarás, perdónate y perdonarás, crece y serás capaz de transmitir, inunda tu
espacio con luz y quienes te acompañen se beneficiarán de la luz y no serán
ciegos. Tu mirada de compasión acariciará a aquellos que de ti están cerca.
Formarás una extensión de luz y se hará cada vez más y más extensa. Acaricia tu
alma con el perdón, no te lastimes, que tu alma no llore por no sentirse
comprendida y amada.
Sube
otro escalón.
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