27/08/2019
La
pequeñez agranda al hombre. Su comportamiento lleno de la sabiduría de humildad
llena el saco vacío del humano que la practica. Las normas son observar y con
la quietud de la paz hacer poco ruido y descender para ascender. No provocar ni
salirse del adecuado estado que marca el más noble sentido de un humano de
luz. Irradia sin hacer notar tu
presencia, camina en silencio y hallarás el camino sin dudar, te adentrarás en
el y por esa senda será fructífero tu desarrollo. No finjas en tu comportamiento
tu extremo sentimiento observa y calla. Detén la mano acusadora y dirige la
mirada al alto sentimiento. Eleva la vibración y aquieta tu ser con dosis de
amor hacia tus semejantes. No enloquezcas por no saber desenvolverte en el
momento. Fija tu corazón en el amor que proviene de la fuente y guíate solo por
él. Relájate en tus relaciones y deja que tu mano siga la flecha que te lleva
directo a ese encuentro verdadero. No desenfundes la lanza. Abre la ventana y
deja que entre la brisa fresca que te renueva.
Siempre
sale el sol.
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