22/04/2016
Al
igual que la estrella de Belén guió a los Reyes Magos, así la estrella de cada
uno le guía a su destino. Todo humano tiene una estrella, una luz que no se
puede apagar nunca, si puede taparse y oscurecerse pero nunca se apagará y de
su brillo dependerá la conciencia del humano que la posee. Esa luz es
indicadora de la evolución y vibración del humano. Todo humano que con
inquietud y deseo busque la encontrará, porque nunca se le ocultará ese
resplandor que hace vibrar aún mas a quien con conciencia abierta la llama y la
busca.
Humano,
si eres capaz de sentir dentro de ti, en tu íntimo esa luz que te guía, déjate
llevar por ella y no dependas de nada mas pues esa luz es sabiduría, pureza e
integridad para quien la sabe oír y la sigue. Tu vida puede cambiar si eres
digno hijo de la luz y no desprecias ese fulgor que te llama, te mece y entre
sus brazos te lleva, te arropa, te ama y no te defrauda, porque esa luz eres
tu, fiel amado. Destapa ese corazón que abatido por sinsabores busca desasosegadamente
y ansioso por encontrar descanso. Eso que tanto asías y buscas es tu luz y está
en ti, mira tus profundidades y bucea en ellas. La estrella de guía y te arrima
a otras hermanas que te esperan. Di si y ábrete a la luz.
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