15/02/2016
Muchos
castillos de oro y plata se han creado y formado con la ayuda de los egos de
los humanos, que deseosos de poder y gloria han puesto en esas construcciones
su meta, su valor y su vida.
Cuando
adormecidos en su ser y despiertos en sus egos han cometido tales fechorías han
contribuido a un desarrollo inadecuado para una armonía y natural vida.
Cuando
llegado el momento del saber y de lucir el sol interno han de caer las capas
que sustentaban esos castillos, nada puede sostenerse y como frutos maduros
caen en mil pedazos los castillos construidos sin sentido y sin bases sólidas
en las que deben formarse los humanos.
Cuando
en una barca vas y las aguas agitadas hacen perder el equilibrio de ésta, has
de tener preparada la vela y has de preparar tu motor, tu rumbo se ha de
enderezar porque tu has de poner en marcha los necesarios para que tu barca
pueda surcar esas mareas y no caer victima de las mismas.
Así
tu, humano, has de preparar tu ser para que las aguas externas no perjudiquen
tu rumbo, que los fuegos no quemen tu casa y tu estabilidad quede salvada.
Prepara
la luz para que quede encendida aún en la noche mas oscura y se te pueda
reconocer. Así como las vírgenes prudentes esperan a su esposo con la luz,
vosotros estar preparados con la vuestra. En los momentos mas difíciles seréis
acunados y guiados, si esa luz está visible, si de entre la muchedumbre se os
ve relucir y sabéis usar vuestros útiles para manteneros a flote.
Momentos
duros, difíciles y oscuros vas a ver humano, pero tu visión no ha de ser corta,
se ha de extender a lo lejos y hacia adentro en donde tu vida palpita.
Son
colores los que te guían, son notas musicales las que escuchas, son palabras de
amor y esperanza, nada de oscuridad ha de entrar en tu casa, no permitas que esa
tiniebla nuble tu vista y tu sentir.
Lánzate
a tu aventura dirigiendo tu vela y sal a navegar sabiendo que el mar se pone
bravo, que la tormenta puede llegar, que puede ser que tengas momentos de lucha
con las aguas, pero ten la seguridad de tu fuerza y tu valor, no te han de
abandonar si permaneces con la luz encendida.
Reconozcamos
al Cristo interno y salgamos al paso de su encuentro. Nadie pasará sin
encontrar el tesoro en su interior y cuando acontezca el momento, será el punto
de partida para una nueva vida que te ha de llenar de gloria. Glorias pasadas
se reconocerán que aún bajo la ignorancia han salido de una oscuridad y han
resurgido de una ceniza. La vida te llama y algo en ti hace resurgir y dar el
paso. Dicen que la noche se acaba y un amanecer brota en toda esperanza. El
cuerpo se abre y necesita un espacio nuevo.
Humano
desarróllate.
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