20/04/15
Descendemos
desde lo mas alto y bajamos hasta lo mas bajo.
El
camino de ascenso es duro pues requiere un gran esfuerzo, las subidas son
empinadas y a veces vuestras fuerzas son menores, se van mermando a
consecuencia de las fuerzas que empujan al contrario, esa fuerza oprime hacia
abajo mientras que la verdadera naturaleza, el alma clama por subir hasta
conseguir llegar a su estado natural, a su hábitat ideal para poder sentir la
luz y en ella desarrollarse. Las fuerzas contrarias te llevan de la mano hacia
un paraíso ficticio en donde tu verdadera naturaleza se confunde guiada en ese
momento por el ego que a la fuerza te arrastra y te nubla. Tu verdadera
naturaleza clama por salir de ese laberinto, de esa fuerza que te lleva a un
caos que ya no te corresponde porque has sentido y ya sabes que no eres el ego
manifiesto, que eres naturaleza divina venida a un plano experimental para
ayudar a una evolución planetaria y a tu experiencia que has de presentar como
un trabajo realizado y acrecentado devolver tus talentos que te fueron dados,
entregados para que con tu bien hacer dieran fruto.
En
esa manifestación de quien eres y quien crees ser aparecen las sombras que
envolviéndote te hacen invisible a los ojos de la divinidad, la conciencia
despierta impide que tu obra no te deje brillar y manifestarse como
corresponde. Los velos que os ocultan son muy sutiles, suaves, brillantes y
engañosos, te hacen sentir un aspecto tierno, dulce, fácil, cómodo, te
envuelven con bellos cantos y dulces atardeceres. La conciencia despierta te
hace ver otra realidad en tu decisión en tu camino de desarrollo, la vista
puesta en el frente y la mirada en el cielo. La tierra te necesita, la vida te
llama, la Hermandad
te enseña. Te guía, te espera en un estado perfecto para que tu seas capaz de
llegar sano y libre. Tenéis luz, amor, sabiduría, enseñanzas y experiencias os
acompañan en ese camino de ascenso, las espinas del camino os pueden herir,
pero con una conciencia atenta y despierta podéis salvarlas y sortearlas de tal
manera que no os hieran. De esto se trata, de ascender por una vía sorteando
las espinas. Sin perder de vista donde pisas. Crecer y crecer, andar y andar.
Con amor se os protege, vuestros ángeles os marcan y cuando la conciencia se
abre por ahí te penetra la sabiduría que te hará subir sin perderte en los
caminos del ego.
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