miércoles, 5 de enero de 2011

Omaras 001_05/01/11

05/01/11

Has de esperar resucitar para conocer el mañana, has de posarte en las alas de la gran ave para desde ahí vislumbrar el futuro que todo ser deberá conocer y vivir para poder ser.
El ser del humano despierto vislumbra otros asuntos y desde ahora serán un logro el vivirlos. Nuevos horizontes se abren ante la visión del mas despierto y no cabe la ignorancia para asistir a la nueva vida. El desconocimiento hace al humano ignorante, y despreocupado del conocimiento se aleja de la verdad y no puede avanzar en el camino que está marcado y preparado para conseguir el futuro deseado. El corazón abierto deja paso a las semillas que se han plantado para renacer a una nueva vida que ha de llenar el espacio de la luz. Consecuencias traen los comportamientos de los humanos que inconcientes vagan sembrando inarmonía y desazón. Las características de un ser preparado se ven en su evolución acorde con un plan previsto y guiado, como está siendo el sistema terrestre en estos momentos.
Nadie decide libremente si está condicionado por comportamientos que producen apego y desazón, la libertad que se debe conseguir ha de ser de total independencia al resultado y al producto, pues solamente actuando bajo el amparo del ser, serás libre en tu elección de la acción.
El sistema ahora está cayendo en un profundo abismo en donde será limpiado y resurgirá con nuevas acciones que los humanos realizarán ya libremente. Libre de condiciones los hombres buscan la libertad que da el desapego. Nada atado puede ser libre y mucho menos sentirse ligero, y con esa ligereza que da el ser, actuar solamente movido por el ser que ya ha soltado lastres y se eleva por encima de la materia caduca, pues ha de venir un nacimiento que ha de poder mover las masas para que trabajen solo por la luz. La materia caduca ha de ser trasmutada y surgirá de ella un nuevo color que cambiará la Tierra. Las noches sin luz han de caer, porque no tendrá lugar el sinsentido que ahora provoca la inarmonía y el caos. Es un trabajo costoso y como un gran parto requiere preparación y conocimiento para actuar sin dañar al nacido.
Con gran despertar has de procurar ver y sentir el latido de tu interior y así en profunda comunión dirigirte a ese centro que es la luz de tu interior, donde mora tu Maestro, y así acercándote con reverencia escucha su dirección. Este sabio te dirige sin error a la gran mansión donde ya la mesa está preparada. Nada falta, solo tu presencia que con su luz te ha de llevar. Los grandes señores están esperando ese momento de unión y regocijo. Seres se marchan de este plano porque no pueden soportar la presión que se debe mantener para acercarse a otra dimensión, y mucho menos sentirse libres y livianos.
Una canción te ha de sonar y será tu despertar, presta atención y escúchala.

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