11/01/10
Particular
Reincorpórate al cuerpo de Cristo, a volver a sentir la gran unidad que mantiene la energía limpia que pertenece a los humanos.
Trabaja tu fortaleza y consigue esa fuerza interior que te guía y protege de cualquier adversidad.
Únete a esta comunidad que te habla y te espera, deseosos de tu participación en ella.
Siente la protección que en todo momento te acompaña y que jamás te ha abandonado.
Trabaja tu constancia y da gracias.
Ábrete a nuestros brazos y descansa para recuperar tu paz.
Entrégate a la oración y practícala.
Eres amado.
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