03/06/08
Particular
Nadie te puede entender, pero tu tampoco entiendes a nadie.
Te has fabricado un cobijo de cristal y a través de el observas la vida, pero no te involucras en su movimiento sincero para sentir las vibraciones. Te ocultas tras ese cristal y no puedes sentir el aire fresco tan necesario para nuestra vida.
Sal de esa campana porque es demasiado estrecha. Abraza otros nidos y asómate para conocer otros estados que te llenarán los espacios vacíos que ahora te sobrecogen. Es necesario que respires aire libre, sin interferencias, sin enturbiarlo por ningún pensamiento oscuro que paralice tu buen funcionamiento y tu ritmo elevado.
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