22/02/2018
Hay
un mundo de colores y un jardín de rosas. Ese mundo y ese jardín están dentro
de ti y tu no eres capaz de sentirlo percibirlo y amarlo. En todo humano existe
una capilla en donde se guarda protegido de las inclemencias un bello tesoro
que apenas se deja ver, pero ahora mis amados, es el momento de reconocer ese
espacio sagrado y hacer participes de él a todos los semejantes que así unidos
por esa sacralidad y manifestando ese espacio se pueda dar a la luz el tesoro
escondido.
Amados
no guardéis para vosotros lo que ha de relucir y salir a la luz para
manifestarse y ser compartido. La luz ciega a quienes no saben ver pero es foco
y guía para quien despierto elige ese camino para llegar a la meta. La meta no
es una quimera que ciega a quienes poseídos
por una sin razón quieren ir para llegar y no saben ni a donde ni por qué.
La meta es el destino cierto para quienes llenos de buena esperanza y fe y
conocimiento comienzan sus pasos seguros de llegar a un destino superior en
donde han de calmar su sed y reposar de sus pasos. Ciertos caminos no conducen
mas que a un caos, pero la verdadera luz te guía a través de tu corazón y así
hablándote con amor de la mano te lleva pausada y sosegadamente a unirte con la
esencia.
Amados
caminar y seguir los pasos que con acierto os guían y os hacen solo SER.
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