13/10/2016
La
valentía es un don que nos viene de la confianza. Confiar en la vida, Dios y en
uno mismo te lleva a realizar actos de valor, decisiones que te marcan la vida
y con valor, don del alma, sabes decir si a la vida. La vida es un camino y
como tal hay tropezones e inclemencias en el tiempo que te acompaña en tu
caminar. Tú enfrentas los importunos según tu eres y según has desarrollado tus
talentos. Cuando llegas a este plano no sabes nada, la vida te arrastra te
lleva y te trae situaciones inesperadas, pero el valor es decir si a la vida,
confiar y casi a ciegas seguir el rumbo que te marca el camino en ese momento.
Cuando subes la dura cuesta desde lo alto ves con satisfacción que has sido
llevada por tu ímpetu, tu fuerza, tu pasión, tu corazón, que nada puede parar o
detener la fuerza de la vida, de tu corazón. Ves que eres salvada, porque en el
llano del camino has pasado sin conciencia, pero al hacer el esfuerzo toda la
vida se ha puesto a tu lado para ayudarte a subir esa montaña. Sigues con una
visión borrosa porque hay nubes que cubren toda la perspectiva del paisaje,
pero tu valor te ayuda, te ampara, te protege y te ama, porque en esos momentos
te estás amando a ti mismo. Las nubes solo son vapor, son efímeras, pasan, se
disuelven, pero tu fuerza perdura y cuidará de ti, porque la has llamado, la
has acogido con fé. Tu valor te guía.