17/10/2018
La
vida es un aprendizaje continuo para experimentar, aprender a soltar y
desprenderse para así trascender.
Nada
hay en la vida terrena que sea permanente. El sentido de la impermanencia lo
vivimos cada día sin hacernos conscientes de ese hecho. Todo pasa, todo muere y
cada día perdemos en nuestro paso por este plano, es la impermanencia que
supone el vivir. Nacemos y ya experimentamos la pérdida, la separación. Al
nacer nos partimos, separamos del cuerpo de la madre y ya somos dos. Perdemos la
fuerza que nos mantenía en el seno materno para experimentar la luz, la
materia, para compartir y aprender a relacionarnos, a sentir el afecto materno
fuera de nosotros mismos y eso nos lleva a aprender a amar. Pero ese amor a
veces se marcha, se pierde en el tiempo, no el sentimiento, pero si el humano
amado. Toda la vida es una pérdida constante y un encontrarse con un mañana
desconocido, incierto. Tal vez mejoras la vivencia y cada día es mas intenso y
vívido, real, porque te vas acercando con mas conciencia al camino que te lleva
a la luz. Naces para ver la luz y ella te ha de guiar en todo momento duro o
feliz, tu camino ha de ser hacia la luz. Por ese camino andas descalzo o con
buen calzado, desnudo o buena ropa, pero nunca te ha de faltar la consciencia
de la pérdida.
En
tu camino vas dejando huellas y recuerdos que pasaron, hechos que ya no
volverán y momentos tan dulces que no quieres soltar, momentos duros que
forjaron tu carácter y te hicieron mas humano porque alcanzaste sabiduría al
comprender que en la vida has de sufrir y reír, correr y detenerte para llegar
sano al destino de la luz. Cada instante de tu vida es único y fugaz, se pierde
en un instante. Hazte consciente de esa
pérdida. Lo mas preciado es tu vida y en cada instante pierdes parte de ella.
Pierdes tesoros mundanos y nunca pierdes tus valores, tus raíces, tu ser lleno
de amor y sabiduría es quien llega a la luz.
El
humano consciente recorre su camino con pleno conocimiento de lo efímero del
tiempo y de la vida. Nada es permanente y a nada te aferres porque sufrirás
desencanto. Se consciente que has nacido para morir en la tierra y vivir en la
luz. Prepárate para desprenderte con generosidad lo que la vida te ha prestado.
Todos los humanos recorren el mismo camino, es un camino de ida y vuelta.
Siendo consciente te preparas para soltar y soltar, desprenderte de lo que mas
amas, la propia vida, pero la esperanza te hace resucitar para que puedas
aprender y prepararte para vivir en la luz.
Todos
somos uno, todo es luz con manchas oscuras que trabajan para ser luz.
Ilumina
tu camino y las señales serán vistas por quienes perdidos busquen ese fuego que
les caliente y ese hogar que les reconforte.
Sois
benditos porque escucháis. Nuestras bendiciones os acompañan, no estáis solos.
Sentir la luz y caminar siendo conscientes de que en cada paso perdéis algo y
encontráis algo.
Desprenderse
con generosidad y saber soltar sin apegos muestran el ser de amor que lleváis
dentro, porque cada uno ha de seguir su camino marcado por su ser y buscar su sitio.
Es duro decir adiós, pero el adiós no existe, porque en la casa de luz caben
todos.