18/09/12
Particular
Aguarda tranquila, corazón mío,
amada y reconocida, déjate mecer por el vaivén de las aguas que te perturban y
condúcete a través de ellas con la voluntad firme de no perecer bajos sus
turbulencias.
Las aguas mansas están en ti,
baja a lo mas profundo y encuéntrate con ellas no dejándote vencer por el
movimiento continuo al que eres sometida. Las luces te envuelven pero no las
dejas pasar porque tu actitud frena la potencia que te ha de llegar. Acércate
tranquila, déjate llevar por el viento, las aguas y no pongas resistencia para
que te inunde la luz que está en tu interior. Ábrete a la vida y ella se abrirá
ante ti. Crece con el dolor y con la alegría, crece y no te opongas a este
cambio que te lleva a un destino que fielmente te aguarda. Presta atención a tu
interior.